lunes, 16 de junio de 2014

Refugio político, Juan José Millás

  El artículo de opinión titulado “Refugio político” ha sido escrito por Juan José Millás y publicado el tres de enero en el periódico “El país”.


  2.a) El tema del texto es una crítica al gobierno que presenta España, para ello,  pone como ejemplo la nueva ley del aborto, asegurando que España no ha progresado, es decir, que presenta la misma ideología del pasado franquista.
   2.b) El texto afirma que es imposible poder confiar plenamente en la sociedad española, porque conforme pasa el tiempo se vuelve cada día más corrupta influenciada por su política, y a su vez, esta política está mediada por la Iglesia, el gobierno español es un gobierno eclesiástico, en el que la religión en sí no está presente, sino que lo que rige la justicia y la igualdad entre españoles son los bienes que poseen cada uno de ellos.
  1.  Según las ideas de las que se tratan, podemos dividir el artículo en tres partes: la primera parte comprende desde el inicio del texto hasta parte de la línea cinco, en ella se expresa de forma metafórica la crisis española como un dolor de cabeza o como una herida, y al político como un médico falso, podemos encontrar  una idea que afirma el deseo de la sociedad española de encontrar una solución y un por qué a la situación de su país, y no por el contrario, vivir en una continua farsa; la segunda parte comienza en la línea cinco con la oración “En todas las profesiones cuecen habas” hasta la línea doce, donde se habla de la influencia de la iglesia en prácticamente todos los ámbitos, en esta parte encontramos la idea de España como una sociedad corrupta, la nueva ley del aborto y el rechazo del autor a los discapacitados; por último, la tercera parte se encuentra entre el final de la línea doce hasta la última línea del texto, en las que se habla de un retroceso ideológico en el que la iglesia vuelve a manejar la política, en ella observamos distintas ideas como la falta de un sociedad regida por la justicia y España como amparo a gente corrupta.
  3.  Para tratar de estas ideas el autor hace el uso continuo de la ironía, como por ejemplo: “No sabríamos decir si hay más locura entre los psiquiatras que enfermedades coronarias entre los cardiólogos”, nombra a una serie de personajes ilustres en el ámbito político y eclesiástico como Gallardón, Rouco Varela, Pinochet y Fernández Díaz, se sirve de diversos campos semánticos, como el campo semántico de las profesiones (ministro, médico, psiquiatras, cardiólogos y peluqueros), el de la medicina (doler, médico, doctores, herida, espina bífida, psiquiatras, locos, cardiólogos, calvicie, cuerpo e infarto) y el de la Iglesia (cristiana, Dios, indulgencia plenaria, misas, penitencia, donativo, obispado, paz, gloria, comunión y devoto) y emplea ciertos argumentos de hecho como “El Dios de las concertinas también, por cierto, del que es devoto el ministro Fernández Díaz”
   Juan José Millás intenta mostrarnos la necesidad de encontrar una solución a los problemas de España, que haga que sus ciudadanos vuelvan a confiar en sí mismos y en los demás, que permita al ciudadano elegir libremente su futuro, evitando condenarlo de por vida y permitiéndolo tener los mismos derechos que cualquier otro ciudadano de mayor riqueza.
   No estoy del todo de acuerdo con la visión que ofrece el autor acerca de la situación actual española.
Es cierto que necesitamos descubrir la forma con la que poder resolver la gran crisis por la que se está pasando, una crisis que no solo es económica, sino también social, y para ello debemos tener un gobierno que defienda a la sociedad de la forma más objetiva posible sin dejarse influenciar por las diversas religiones de la misma, y que no trate de forma discriminatoria a aquellos que no tengan tanta riqueza como otros.
Sin embargo, no tengo la visión que el autor presenta cuando habla del retroceso español o de la ley del aborto.
No se puede comparar a la España franquista con la actual, es verdad que España últimamente no ha tenido demasiados progresos, pero tampoco ha empeorado, simplemente se ha quedado fija en una posición que se presenta cada vez más alejada en comparación con las altas potencias mundiales que cada día parecen estar más lejos de nuestro alcance.
Tampoco sirve de nada criticar el gobierno por el que la mayoría de los españoles han votado, un gobierno que desde tiempos remotos ha estado estrechamente relacionado con la Iglesia, debido a su peculiar ideología, y lo que es peor aún, no sirve de nada criticar a alguien por no saber solucionar un problema que ni tan siquiera nosotros somos capaces de resolver.
En cuanto a la nueva ley del aborto, creo que con ella, la sociedad española, especialmente los jóvenes se harán más responsables de sus actos, y aprenderán de sus errores.
Si a los adolescentes se les dejan abortar, éstos no aprenderán a ser responsables de sus actos, ni tampoco de las consecuencias que estos ocasionan, y volverán a tropezar sobre la misma piedra varias veces, por lo que si no se les permite abortar, procuraran utilizar algún método que les permitan no provocar un embarazo, ya que si lo hacen, sus vidas estarán destinadas a cambiar por completo.
Además, me parece algo irónico que trate con tanto pudor al franquismo, cuando en algunos aspectos, también presenta una visión franquista de la realidad, como en  el desprecio que refleja hacia las personas discapacitadas (“el embarazo de un feto sin cerebro, sin lengua, sin ojos y con la espina bífida”), queriendo transmitir que una mujer debe abortar si espera a una persona con algún problema físico o mental, y de esta forma, acaba con la defensa propia que realiza acerca de una sociedad justa e igualitaria, ya que le niega la oportunidad de vivir y de sentir a un grupo considerable de personas por no tener una salud plena.
También me parece una práctica destinada a castigar a la mujer, ya que solo perjudica físicamente a ésta, y hace que reflexione sobre sus actos. Sin embargo, al hombre apenas le afecta,  el cual se comporta de forma egoísta y no se hace responsable de sus actos.
   Por otro lado, no sería justo condenar a la vez a padres y a hijos, debido a que se les negaría de un primer momento la posibilidad de acceder a la máxima felicidad posible, a los padres la posibilidad de cumplir sus sueños y a los hijos la posibilidad de sentirse amados y tener un ambiente familiar adecuado.  

   En conclusión, es un tema de gran controversia en la actualidad, ya que lo que es adecuado para unos, no los es para otros, y es prácticamente imposible saber con precisión si se les está arrebatando la opción de vivir, de sentir a unos posibles ciudadanos, que a su vez podrían mejorar la vida de muchos enfermos. 

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