lunes, 16 de junio de 2014

¿Hay que leer menos?

  A continuación se realizará un comentario crítico del texto periodístico ¿Hay que leer menos?
 2.a) El texto trata de la duda que plantea en la actualidad el uso de la lectura en la educación, ya que no se sabe si supone una ventaja o un inconveniente.
 1.  Podemos dividirlo en tres partes, cada una de las cuales corresponden a un párrafo y a una única idea. La primera parte, el primer párrafo, sostiene que la lectura es una base necesaria de la educación y por ello es también defendida por el gobierno; la segunda parte, el párrafo segundo, habla de la hipótesis de Schopenhauer que afirma que los libros hacen al ser humano menos independiente y con menor capacidad crítica, y por último, la tercera parte se halla en el último párrafo en el que el autor comprende el punto de vista de Schopenhauer.
  ¿Hay que leer menos? presenta una estructura inductiva, debido a que el autor se centra en los problemas educativos de España hasta generalizar que los libros son en parte perjudiciales para la educación.
  En cuanto a las ideas que aparecen en el texto, podemos asegurar que la idea principal es que los libros inhiben un pensamiento liberal y propio.
  Además también aparecen otras ideas, como el problema educativo español, las reformas en educación que se hacen continuamente para solucionarlo y el valor cultural incuestionable que puede llegar a tener un libro si es bien usado.
  En general, los argumentos empleados son convincentes, ya que aparecen argumentos de hecho (Las ferias del libro se acompañan de planes de fomento de la lectura), de autoridad (En opinión de Schopenhauer la lectura es un obstáculo para el pensamiento libre y autónomo...)  y sociales (que se dirige contra el gran prejuicio común que identifica un libro con un valor cultural incuestionable) que apoyan la opinión del autor.
  3. El escritor intenta trasmitir que debemos estar dispuestos a ser sometidos a cualquier cambio que nos lleve a la mejora educativa y que es posible que la lectura no sea un buen camino para los estudiantes, pero tampoco todo lo contrario, no se debe abandonar la lectura, ni abusar de ella, hay que leer únicamente lo que se deba leer, y no hay que obligar al estudiante a leerse una obra que no le gusta, porque sencillamente las ganas de leer se esfuman rápidamente.
  No creo sinceramente que los libros puedan empeorar nuestra educación, todo lo contrario, la mejoran muchísimo, debido a que nos enseñan a leer, pero también a escribir y a tener opinión. La educación española está siendo un autentico fracaso, sí, es cierto, los libros son los primeros señalados, aunque realmente el problema esté en  la política.
  Si se observa de otro modo, es posible que la lectura ejerza una presión excesiva para los jóvenes que odian leer y más aún cuando es por obligación. Al fin y al cabo, los libros narran historias cotidianas de la vida y puede ser que no sea necesario leer para poder tener una visión crítica de la vida, sino que la propia experiencia te hace crítico.
  Quizás el problema relacionado con la lectura sea un problema causado por la obligación, y es posible que eliminando esas lecturas obligatorias, los estudiantes leyesen más.
  Hay que ver la vida de diversos puntos de vista, pero, en la actualidad, las obras, especialmente las novelas juveniles tienen una trama similar con el mismo argumento.
  Además como dije anteriormente acusar a la lectura de la educación española es un método muy antiguo que sirve para ocultar los daños que ha causado la política y sobretodo sus reformas, ya que es difícil que la educación española esté en una situación estable y cordial para todos.
  Podemos relacionar este texto periodístico con una de las obras españolas más importantes, “Don Quijote de la Mancha”, ya que en ellas se ve cómo la lectura no siempre es beneficiosa, debido a que su querido protagonista pierde la razón a causa de los libros de caballería.

  En conclusión, la lectura no es la responsable de la decadencia española, sino todo lo contrario, la lectura hace que las personas vean de forma realista el entorno que les rodea. Pero, si a un estudiante se le obliga leer una obra que no es de su agrado, nunca sabrá leer bien, porque lo más seguro es que intente leerla lo más rápido posible sin dejar tiempo a la comprensión. 

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