2. b) El texto afirma que la enseñanza española no triunfa debido a
que no cumple una serie de principios generales, comparándola así con el
ajedrez, y estos principios deben establecer una base útil para el futuro del
estudiante.
2. a) El tema principal es una única enseñanza que debe estar regida
por una serie de principios inquebrantables.
1. El texto lo podríamos dividir en tres partes, la primera parte
comprendería el primer párrafo, en el cual el autor refleja su desagrado hacia
la informática y el bilingüismo; la
segunda parte se establece desde el segundo párrafo hasta el penúltimo, en los
que se indica que es necesario establecer una serie de principios intachables
para que la enseñanza española mejore, y realizando una crítica a los
innumerables cambios políticos; y por último, la tercera parte se halla en el
último párrafo, en el que destaca otros dos problemas fundamentales en la
educación española. Además, presenta una
estructura deductiva, ya que parte de lo general, en este caso, los principios,
hasta llegar a la conclusión de otros problemas relevantes de la educación.
3. “Los experimentos con champagne del ministro Wert” es un texto
periodístico en el cual predomina la forma textual argumentativa, porque nos
intenta convencer sobre las reformas educativas. Además, emplea lenguaje
medio, un registro formal (“ya que usted
no me la ha pedido”), y utiliza la ironía en algunas partes del texto como: “Los
experimentos, con gaseosa, joven”. En cuanto a las funciones del lenguaje y a
las modalidades oracionales, aparece la función emotiva y conativa y la
modalidad enunciativa respectivamente, ya que intenta convencer de algo al
lector, pero a la vez expresa sus opiniones al respecto empleando la primera
persona del singular (Tampoco soy partidario a ultranza de la enseñanza
bilingüe). El autor usa un lenguaje muy
variado, empleando como por ejemplo términos de otros idiomas (sharia), también
podemos destacar algún campo semántico que otro, el más destacable es el campo
semántico de la educación (enseñanza, idiomas, estudiar, informática, leer,
escribir, educación para la ciudadanía, publica, privada y religiosa)
La idea principal que el escritor sostiene es que los cambios
productos de la inspiración no ayudan a los estudiantes en ningún aspecto y que
se debería establecer un sistema educativo que no se viese alterado por ningún
cambio político. También aparecen otras
ideas secundarias en el texto, ideas que afirman que la enseñanza obligatoria
debe ser exclusivamente pública, prohibiendo para ello la enseñanza privada y
religiosa.
En general, los argumentos empleados son bastantes convincentes, ya
que la comparación que realiza el escritor sobre la enseñanza y el juego del
ajedrez llega más al lector, además, el autor utiliza en innumerables ocasiones
argumentos de hecho (“Cuando murió Franco estaba vigente la Ley General de
Educación, la EGB y el BUP que sufrimos los de mi edad. Desde entonces han
ocurrido siete sucesivas inspiraciones…), de experiencia personal (Cuando empecé a utilizar ordenadores me di
cuenta de que el día de mañana ya había llegado…) y de autoridad (Antonio de
Machado nos contaba que Juan de Mairena se quejaba de no hubiera un buen manual
de literatura, porque nadie había sido capaz de escribirlo: “La verdad es que
nos faltan ideas generales sobre nuestra literatura. Si la tuviéramos
tendríamos también buenos manuales y podríamos, además, prescindir de ellos. No
sé si habrá usted comprendido…Probablemente no”).
El escritor intenta trasmitir su oposición hacia la educación actual
española, causada mayoritariamente por los bruscos cambios que se producen
cuando el nuevo presidente es de otro partido político. Afirma que es necesario mantener una serie de
principios fijos y dejar las inspiraciones fruto de nuevas ideas políticas y de
creencia de superioridad por parte de los integrantes, así como la desigualdad
social que supone la existencia de centros de enseñanza privados o
religiosos. También nos intenta mostrar
que la informática y el inglés son asignaturas perdidas, que no tienen ninguna
finalidad y que son estudiadas por personas con poca capacidad intelectual.
Estoy en desacuerdo ligeramente con lo que dice el autor, ya que es
cierto que el continuo cambio de la educación hace que no se pueda apreciar
mejora alguna, pero no porque el cambio sea peor ni mejor, sino porque es
imposible apreciar un progreso de la educación en el breve tiempo en el cual se
mantiene el sistema.
En cambio, creo que tampoco debemos estar en contra de cambios que
supongan un progreso y mejora de la educación, no se debe ser conservador
siempre cuando esos cambios beneficien a la sociedad, aunque sea prácticamente
imposible juzgar sin que nos hagan daño
las novedades, al mismo tiempo, en que tampoco, podemos ordenar a los
ciudadanos que no matriculen a sus hijos en centros privados o religiosos.
Si lo miramos de otra forma, el continuo cambio de método educativo
beneficia a la sociedad, ya que se hace una sociedad progresista y nos permite
ver los inconvenientes y beneficios de medidas modernas educativas. Ahora bien,
teniendo una media aritmética de cuatro años entre reforma y reforma, es
imposible ver mejora alguna, por lo que se debería establecer un período de
tiempo mínimo, por ejemplo, doce años, pudiendo al final de ese periodo recoger
los frutos de la cosecha.
El cambio continuo resulta una tanto mareoso para profesores,
alumnos, padres…casi toda la sociedad, incluso para los políticos, ya que una
nueva reforma supone un nuevo gasto económico menos caro que el fraude, pero
caro.
Sería conveniente que cada cierto tiempo se realizaran reuniones
entre los distintos partidos políticos en los que se hablaran sobre la
educación y se distinguieran las mejoras y los problemas del sistema, llegando
a un único acuerdo, en el que todos luchasen por un beneficio común y no por un
egoísta triunfo individual.
Esto lo podemos relacionar con la posición en la que se encuentra
España del ranking educativo con respecto a Finlandia, y es que aunque
Finlandia no sea un país perfecto posee una serie de características que
deberíamos tomar en cuenta.
En conclusión, como bien dice
el título, la educación en España es un simple experimento, en el cual todos tratan
de hacer lo mejor posible para garantizar su triunfo, tomando al igual que
siempre como conejillos de indias al profesorado y alumnado.
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